Cuando uno finaliza una etapa como es mi caso se hace varias preguntas. La que más me he hecho yo últimamente ha sido ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Cómo me he involucrado en el mundo de la tecnología y he acabado derivando en Ingeniería de Telecomunicaciones? Lo cierto es que encontrar la respuesta fue bastante sencillo, simplemente me pregunté en qué me había gastado el dinero y la respuesta vino por arte de magia.
Mi primera "gran" compra tecnológica fue el reloj Casio que veis a continuación. Me costó 7500 ptas, toda una fortuna para mi economía de entonces. Mi padre me había regalado uno hacía años atrás, pero eso de tener los teléfonos apuntados en el reloj era "lo máximo" en aquella época. También tenía agenda, pero ¿para qué la necesita un niño de diez años?
Mi siguiente vicio fue el audio. Grabándome en cinta para clase de inglés descubrí ese mundo que me cautivó durante muchos años. De repente el Walkman que me habían regalado en la comunión se me quedó pequeño, quería más... y mis ansias de poder se colmaron, aunque sólo de momento con un discman. Lo conecté al coche, a diversos aparatos, tenía todos los accesorios. Tras unos cuantos años de ahorro me compré un Minidisc, con el que volví a tocar el cielo. Mis amigos todavía se ríen de mi por haber gastado tanto dinero en él, pero lo cierto es que aun lo sigo utilizando de vez en cuando. Pese a quien le pese incluso todavía hoy el Minidisc posee unas capacidades de edición que ningún otro formato a igualado, además de forma muy sencilla, todo ello con una calidad de audio cercana al cd.
Corría el año 2003. Comenzaba a oírse con fuerza algo llamado iPod. El precio, prohibitivo. Pero nada como un poco de sacrificio y en 2004 tenía mi flamante iPod de 3ª generación que era el primero en incorporar la famosa Click Wheel. Por aquel entonces la gente me preguntaba qué era aquello, qué si era una pda, que si era un móvil... en fin, algo impensable hoy en día.
El iPod no fue más que mi descubrimiento definitivo del mundo Apple. Cada día tenía más problemas con Windows y me decidí a dar el salto. Entonces no era como ahora que puedes instalar Windows en cualquier Mac, era un verdadero salto de fe, sabías que no ibas a encontrar todos los programas y que prácticamente no había opción de Windows. Pero estaba tan enamorado de mi iPod que sabía que no me podía equivocar y no lo hice. Todavía hoy mi Powerbook G4 con corazón Power PC (nada de Intel) aguanta como un jabato tras tres años de duro trabajo.
El último vicio tecnológico que he tenido son las consolas, y digo vicio tecnológico porque jugar no es que haya jugado mucho con ellas, pero necesitaba probar las pantallas táctiles, las conexiones inalámbricas, en fin toda esa conjunción de tecnologías que se da en ellas que llega a convertirlas en verdaderos media centers, más potentes que muchos ordenadores.
Han pasado muchas tecnologías por mis manos y es así como me he dado cuenta que, para comprender verdaderamente una cosa necesitas probarla por ti mismo, dejar correr la imaginación, explorar sus posibilidades de interconexión y usos para los que incluso el fabricante ni ha pensado, en definitiva, jugar con ella. Cada día vemos que más y más gente compra un equipo electrónico y lo modifica a su gusto ¿Será eso lo que verdaderamente nos depare el futuro? ¿Compraremos algo y lo adaptaremos a nuestras necesidades? En muchos casos se ha visto que el ingeniero doméstico le ha enseñado a grandes multinacionales el camino a seguir.