¿No os ha ocurrido a veces que habéis pasado delante de algo millones de veces y de repente descubrís que es cómo si no lo conocierais de nada? Pues bien, esa sensación es la que tuve yo hace algún tiempo escuchando un programa de radio cuando comenzaron a hablar de algo denominado coltán. Los medios de comunicación hablan del petróleo, de la energía nuclear, pero ¿por qué no hablan de lo que hace posible nuestro estilo de vida actual? ¿Por qué el coltán permanece oculto incluso a los ojos de personas versadas en la materia?
La gente se pregunta qué ocurriría si se acabara el petróleo, pero ¿y si de repente ya no pudieras utilizar tu teléfono móvil o no pudieras disfrutar de ese maravilloso televisor plano que tienes en el salón? ¿Y si te perdieras y el GPS no funcionara o simplemente los airbags de tu coche no saltaran cuando tienes un accidente? Pues bien, ahora ya conoces algunos usos del coltán, por no hablar de ordenadores, cámaras de fotos y todo tipo de dispositivos.
Este preciado mineral también conocido como columbita-tantalita, es el que hace posible la fabricación de los casi imprescindibles condensadores de tantalio que podemos encontrar hoy en día en prácticamente cualquier aparato electrónico.
¿Dónde se encuentra el problema? Simple: el 80% de las reservas mundiales de este mineral se encuentran en la República Democrática del Congo. El creciente boom tecnológico provocó que el precio del coltán saltara de unos 65$ el kilo a 600$, estando actualmente estabilizado en torno a unos 100$. Ello ha motivado que en el citado país africano se hayan producido distintos conflictos bélicos en busca del control de los yacimientos, dejando pequeños los problemas ocasionados por los "diamantes de sangre".
A todo esto se suma que la mayoría de yacimientos se encuentran dentro del Kahuzi Biega National Park, hogar de la mayor reserva de gorilas del mundo, que están siendo exterminados para hacer más fáciles las labores de minería.
Como en muchas ocasiones nos encontramos con la hipocresía de la clase política, medios de comunicación e incluso de organizaciones ecologistas. Hay cosas que "venden" hoy en día, como es el cambio climático, pero sin embargo a algo que nos devolvería a la edad de piedra y por lo cuál a día de de hoy se está matando no se le hace ni caso...
No me considero ecologista ni nada similar, tampoco pretendo hacer desde aquí apología de nada. Pero si que creo que este tema invita a la reflexión personal, a levantar un poco la cabeza y no dejar que el humo que algunas veces se nos vende nuble nuestra visión. No hay que mirar a un lado sólo porque todo el mundo mire ahí.