jueves, 13 de marzo de 2008

Dejen paso señores...

   ¿Has vendido tu primera empresa a Google y tienes tanto dinero que no sabes qué hacer con él? ¿Un Ferrari te parece una horterada y un Porsche muy vulgar? Pues bien, tanto si tu perfil se ajusta con la descripción anterior como si tienes cinco minutos para soñar despierto, te presentamos el Aston Martin DB9, probado en exclusiva por el equipo de TelecoStyle en los alrededores de Los Ángeles.


   Nos plantamos frente a él, dejar de mirarlo es imposible. Nos llama la atención su línea: agresiva a la par que clásica, y completamente diferente a todo lo demás. Destila elegancia por los cuatro costados. Sus puertas se abren a la vez que se inclinan en un ángulo de 30º respecto a la horizontal, para dar paso a un interior plagado de materiales nobles como solo un buen carrocero inglés es capaz de plasmar. El cuero de primera calidad se conjuga con metales pulidos y cromados alcanzando su cenit en las esferas del cuadro de instrumentos, que nos recuerdan a los diseños de la firma joyera Bulgari.


   Pero la cosa no ha hecho más que comenzar. Pulsamos el botón de encendido y su V12 con 450 CV se despierta sediento de gasolina y emociones fuertes. Sin embargo como buen caballero inglés no perderá la compostura hasta que no le busquemos en exceso las cosquillas. Es entonces cuando, a partir de las 5000 revoluciones, nos embriaga el sonido de sus escapes y las cosas comienzan a pasar muy rápido en el exterior. 
 

   Huelga decir que es muy difícil sacarle ningún pero al Aston, siempre y cuando no miremos a su precio (comenzando aproximadamente en 190.000 € para su versión coupé). Por lo demás es un coche que hará las delicias de su poseedor: discreto, rápido y elegante en cualquier ocasión, y mucho más exclusivo que cualquiera de sus competidores.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"probado en exclusiva por el equipo de TelecoStyle en los alrededores de Los Ángeles..."

jejeje :)

Raff dijo...

Como siempre en TelecoStyle toda la información es de primera mano, aunque a veces exija sacrificios, como tener que viajar a Los Ángeles para realizar la prueba de este superdeportivo, jajajaja.